HIGIENE Y SEGURIDAD DEL TRABAJO (HST)- TOXICOLOGÍA LABORAL

Por el Ing. Marcelo Demaría.

Algo de historia

No podemos considerar el concepto de Higiene y Seguridad como acabado, como plenamente alcanzado. De hecho, a través del tiempo, ha sido definido de muchas maneras adaptándose a la evolución que sufren las condiciones y circunstancias en que el trabajo se desarrolla.

En cada lugar y en cada momento se han ido estableciendo los objetivos de Higiene y Seguridad según la influencia ejercida por el progreso tecnológico, las condiciones sociales, políticas y económicas entre otras.

Un ejemplo claro de lo mencionado es que durante mucho tiempo, el único objetivo de la protección de los trabajadores en caso de accidente o enfermedad profesional, consistió en la reparación del daño causado. De aquí parte precisamente la relación histórica con otra disciplina prevencionista: la Medicina del Trabajo en la que la Seguridad tuvo su origen cuando la primera señaló su necesidad como ideal de prevención primaria de los accidentes de trabajo.

Luego, sin olvidar la reparación del daño, se pasó de la Medicina a la Seguridad, es decir, a ocuparse de evitar el siniestro, lo que se ha perfeccionado con la prevención del riesgo laboral. En otras palabras, se va más allá de buscar evitar el siniestro y reparar sus consecuencias, se busca que las causas que puedan generar estos siniestros no se den o se reduzcan lo máximo posible.

Existen antecedentes históricos en los que se aprecia que desde la aparición del hombre y su relación con el trabajo, éste ha tratado de defender su salud amenazada por el riesgo de las actividades que realizaba con las primeras herramientas que creó durante la Edad de Piedra y con las que es muy probable que haya sufrido lesiones al manipularlas. Así mismo, pudo haber sufrido lesiones por caídas, ataque de animales, por agresiones de sus congéneres o la exposición a sustancias peligrosas, gases, minerales, vegetales o animales ponzoñosos.

Luego, durante la Edad de Bronce, se inició en el desarrollo de prácticas artesanales y la agricultura donde se expuso a riesgos diferentes y adquirió conciencia de los peligros que implicaban. No obstante, es probable que en esa época fuera importante la seguridad colectiva, mas no la individual restándole importancia a protegerse de dichas prácticas.

Posteriormente, la codicia generó la lucha para obtener más territorio, lo que conocemos como "guerra" . Esto trajo aparejado las lesiones por armas de combate y también la construcción de medios para defenderse de ellas convirtiéndose en el antecedente del equipo de protección personal.
Grimaldi y Simonds, en su libro: "La seguridad industrial, su administración", mencionan que probablemente el primer antecedente legal de protección y seguridad haya sido el Código de Hammurabi del año 2100 a C., nada más y nada menos que 4000 años de antigüedad. En el mismo se detalla la indemnización por pérdidas e incluso la existencia de tribunales para conciliar las demandas al respecto. Por otro lado señalan que el primer antecedente de la medicina laboral se encuentran en los escritos de Plinio "el viejo" (23-79 d.C.) quien fue el primero en describir las "enfermedades de los esclavos" , refiriéndose a los trabajadores de la manufactura y la minería, por los efectos producidos por el plomo en mineros y metalúrgicos. Otro antecedente es la protección de los trabajadores contra el ambiente pulverulento citado por Hipócrates en el siglo II d C. En ellas se hace referencia expresa a enfermedades profesionales y a sus técnicas de prevención.

La Higiene del Trabajo como disciplina técnica y la Medicina del Trabajo como disciplina médica, marcaron en cierto sentido el comienzo de toda una temática que adquirió múltiples acepciones hasta nuestros días.

En el siglo XVI se produjeron textos como los de Georgius Agrícola y Paracelsus (1493-1541) que describen en su obra "La tisis y otras enfermedades de los mineros" enfermedades profesionales y sistemas de protección. A Paracelsus (Philippus Aureolus Theophrastus Bombastus von Hohenheim) se le atribuye la frase: "Toda sustancia es tóxica, no hay nada que no sea tóxico. Sólo la dosis diferencia un tóxico de un medicamento" ("dosis sola facit venenum") , por lo cual se lo conoce como el creador de la farmacopea y la toxicología moderna y, posteriormente al siglo XVII, cuando Bernardino Ramazzini, luego de convivir veinte años con los artesanos de su país, publica su famoso tratado sobre enfermedades De morbis artificium diatribe sobre un elevado número de profesiones de la época y las condiciones higiénicas recomendables tales como ventilación, temperatura, ropa de protección, etc. lo que le valió ser considerado como el padre de la Medicina del Trabajo.

No obstante estos ejemplos, desde el siglo II hasta el siglo XVIII el desarrollo de la seguridad permaneció más o menos estancado, debido a que los patronos se preocuparon en escasas ocasiones por proteger a los trabajadores. Era una práctica muy común utilizar niños y mujeres en el trabajo, pues representaban una mano de obra más barata y, además, no había leyes que los protegieran. Esto ocasionó innumerables abusos y la explotación de ese segmento de la población. El verdadero concepto sobre Higiene y Seguridad puede considerarse nacido con la Revolución Industrial, iniciada en 1744 en Inglaterra con la invención por parte de James Watt de la máquina de vapor, origen de las grandes industrias y fábricas en las cuales se multiplicaron considerablemente los accidentes pero no así las medidas técnicas para evitarlos.

La necesidad de cubrir la gran demanda de mano de obra que produjo la aparición de notables inventos como la lanzadera volante, las hiladoras, el telar, etc. en la industria textil, que satisfacía la pobreza en la más tierna infancia pero a cambio de lo que dijo un escritor en 1795: "estos niños trabajan ignorados, desamparados y olvidados en condiciones insalubres, unas 14 ó 15 horas diarias" y según Engels en 1844 cuando describió la situación de la ciudad de Manchester donde las máquinas aumentaban sin cesar su potencia y velocidad, creando cada vez mayores peligros: "había tantos lisiados que parecía un ejercito que regresaba de la guerra". También Heinrich la describió: "la población de Manchester creció hasta doscientos mil habitantes, sin que la ciudad tuviese parques ni terrenos de esparcimiento. No existían sistemas de distribución de aguas y los trabajadores se veían obligados, después de sus jornadas de trabajo, a cubrir grandes distancias para conseguirla… No había escuelas… El cretinismo y las deformaciones corporales eran comunes. El índice de mortalidad se multiplicó" y respecto de las minas, se las consideraba "convertidas con demasiado frecuencia en trampas mortales".

Por otro lado Karl Marx, en su libro “El Capital”, hace referencia a la insalubridad de la naciente industria del fósforo que en 1845 se desarrolla en los suburbios de Londres y luego se extiende a Manchester, Birmingham, Liverpool, Bristol, Norwick, Newcastle, Glasgow y otros importantes centros, donde se generaba “Trismo” (calambre de mandíbula) en trabajadores, ente los cuales la mayoría eran niños de 6 a 18 años, expuestos a la atmósfera contaminada por las emanaciones de esta sustancia durante largas jornadas. Tanto fue así que concluye manifestando que: “Dante encontraría que una fábrica de este tipo supera todos los horrores que ha acumulado su infierno”.

En la euforia de la Revolución Industrial se consideraba al hombre como el único culpable del accidente y se responsabilizaba al patrono sólo cuando existiese negligencia absoluta y probada.

Recién en el siglo XIX se comenzaron a tomar medidas eficaces como el establecimiento de inspecciones en fábricas, como en Inglaterra con la Ley de Fábricas, extendida a otros países y el nacimiento de asociaciones en diferentes naciones con la finalidad de prevenir los accidentes.

No obstante todo lo visto, recién a principio del siguiente siglo el concepto de Higiene y Seguridad comienza a obtener importancia, ya que se llevaba estadísticas sobre accidentes de automóviles pero recién en 1932 se comenzó el control de riesgos de trabajo en Estados Unidos. Esto luego fue utilizado como base para desarrollar estrategias con el fin de prevenir accidentes y posteriormente, motivado por la creación de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) en 1918, al final de la Primera Guerra Mundial, con su Servicio de Seguridad y Prevención de Accidentes en 1921 y el gran aporte de la denominada Escuela Americana de Seguridad del Trabajo con sus grandes representantes, Heinrich, Simonds, Grimaldi, Bird, etc. autores de toda una filosofía de la seguridad que ha constituido la base de la actual concepción de esta materia. En 1953 se emite la recomendación número 97 que aconseja adoptar en forma obligatoria servicios de medicina ocupacional en las empresas. En 1959 se emite la recomendación 112 describiendo las características de un servicio de salud ocupacional empresarial.

En resumen, la higiene ocupacional es una disciplina relativamente nueva. Aparece a partir de la Segunda Guerra Mundial y alcanza un gran desarrollo en los años ochenta.

Como podemos apreciar, es en el siglo XX cuando gobiernos de muchos países se preocuparon por desarrollar, gradualmente, legislación al respecto. En el continente americano encontramos los siguientes antecedentes:

AÑO

   

PAIS                 

1910

Estados Unidos

1911

El Salvador y Perú

1914

Uruguay

1915

Argentina

<1916

Chile, Colombia y Panamá

1919

Brasil

1921

Ecuador

1923

Venezuela

1924

Costa Rica y Bolivia

1927

 Paraguay

1930

Nicaragua

1931

México

1932

República Dominicana y España

1946

Guatemala

1952

Honduras

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