INTRODUCCION
Años atrás, un profesional de seguridad ambiental y especialista en
incendios, fue contratado por una empresa nacional de primer nivel para que se
encargue del diseño de planes y medidas ante contingencias (como prevención y
lucha contra incendios, derrumbes, amenaza de explosivos, etc.) en su edificio
principal en el centro de la ciudad. Realizadas las evaluaciones del caso y
dadas las características del inmueble y sus usos, una vez elaborado el
programa, se procedió a la selección de líderes por sectores que guiarían al
resto del personal afectado según lo especificado en caso de ocurrir un
siniestro. Por último, se llevó a cabo un simulacro para el cual se utilizaron
artefactos generadores de humo. En pleno desarrollo, el especialista identificó
un sector que no estaba actuando según lo previsto y al dirigirse al mismo
encontró a la persona encargada completamente detenida, sin posibilidad de
acción. Era presa del denominado ataque de pánico. Esto permitió, en una
situación afortunada puesto que era un simulacro, hacer distintas y valiosas
consideraciones sobre aspectos no conocidos hasta ese entonces. Se pudo
apreciar, por parte del personal y de los directivos, la importancia y
efectividad de la previsión, no sólo en términos teóricos, sino con el debido
complemento del ejercicio periódico de la capacitación y la aplicación práctica
a través de un simulacro. Esta es una referencia clara y útil de la
posibilidad de detección precoz de inconvenientes y su tratamiento correctivo
dentro de la etapa inicial que es la etapa de la prevención. El empleado,
que goza de un destacado currículo en seguridad y vigilancia, descubre, a partir
del evento mencionado, su afección y puede ser tratado por profesionales
idóneos. Por otro lado, aunque ya no estuviera asignado a la función inicial,
podría entrenarse para, en conjunto con otras personas, poder sortear una
situación peligrosa que de otra manera no sólo atentaría contra su propia vida,
sino que podría colocar en gran riesgo la vida de los demás.
¿Qué es entonces el ataque de pánico y cómo podemos controlarlo antes y
después de una catástrofe de causas químicas?
Todo accidente de causa química provoca víctimas por la exposición a
las sustancias tóxicas, pero también origina víctimas con compromiso
psicológico. No solamente el individuo afectado de un ataque de pánico pasa
a engrosar la lista de las víctimas del suceso, sino que el padecimiento de este
cuadro puede generar a través del damnificado, mayores complicaciones en la
magnitud del desastre químico. Esta situación puede producirse por acción o por
omisión de la víctima, lo que remite a la caracterización del ataque de pánico.
El manejo de la información tanto para la población general como para los
distintos equipos de tareas abocados al plan de contingencia es una herramienta
fundamental para evitar o mitigar los ataques de pánico con la consiguiente
reducción en la propagación del siniestro. A fin de abocarnos al tema, si
bien existen múltiples teorizaciones de la terminología a emplear, escogimos las
siguientes definiciones por adecuarse a las necesidades del presente trabajo:
MIEDO: Es una respuesta fisiológica a un estado de peligro,
la que puede generar una respuesta o bien eficaz o bien inefectiva.
TERROR: Es el sentimiento de que algo inimaginablemente
desastroso va a ocurrir que genera en el sujeto impotencia para evitarlo.
PÁNICO: Es una respuesta patológica frente a un peligro real
o potencial que provoca alteraciones tanto físicas como psicológicas, siendo la
angustia una de sus principales características; de orden severo y que impiden
una respuesta satisfactoria defensiva frente al peligro.
Características del ataque de pánico. Varios o todos de
los siguientes signos y síntomas se encuentran presentes en un ataque de pánico:
Taquicardia, sudoración intensa, disnea, temblores o estremecimiento,
sofocos o escalofríos intensos, dolor o malestar precordial, náuseas, trastornos
gastrointestinales, mareos, vértigo, pérdida de la sensación de la realidad,
pérdida del autocontrol, parestesias, pérdida temporal de los principios
morales, parálisis psicomotriz, miedo intenso a morir.
CATÁSTROFE QUÍMICA: Es un acontecimiento o situación
peligrosa que resulta de la liberación de una o varias sustancias nocivas para
la salud humana y/o el medio ambiente, a corto o largo plazo, y que excede la
capacidad de respuesta de la comunidad afectada. Estos acontecimientos o
situaciones involucran incendios, explosiones, fugas o liberaciones de
sustancias tóxicas que pueden provocar enfermedad, lesión, invalidez o muerte a
menudo en una gran cantidad de seres humanos.
Sin embargo, puede ocurrir que frente a un accidente de causa química, si
bien no se registren víctimas físicas, la población afectada pueda sufrir las
consecuencias psicológicas que el mismo provoque.
Todas las personas afectadas en un evento donde se involucran las sustancias
tóxicas durante un accidente, ya sean que estén afectadas o no, pueden sufrir un
ataque de pánico puesto que el conocimiento del accidente; aunque a distancia,
puede gatillar el fenómeno por la situación de inseguridad que genera
INCIDENTE QUIMICO: Es aquel evento con liberación de
sustancias químicas peligrosas al medio ambiente, pero sin la ocurrencia de
víctimas directas por la acción de las sustancias riesgosas en el organismo,
aunque a diferencia de los casos laborales en que el incidente hace referencia a
las condiciones del accidente pero sin lesiones a seres humanos ni daños a
bienes materiales, sí pueden aquí verse afectados "emocionalmente". Es entonces
la magnitud del evento la que caracteriza la situación de catástrofe. Y esta se
encuentra en relación con la capacidad insuficiente de respuesta de la población
potencialmente afectada. Por ello, la capacitación y las tareas de
prevención influyen considerablemente en la reducción de accidentes de causa
química como así también en la minimización de sus efectos una vez ocurrido el
siniestro.
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