Tercera Cátedra de Toxicología
Museo Virtual de los Venenos
en relación al Arte y a la Historia
De la transmutación de todos los metales en oro, a la Química Moderna.
Por Jorge Zanardi. Bioquímico toxicólogo. La frase remite a un hecho que se muestra evidente cuando
se empieza a examinar un tema. Que nunca la explicación de un hecho se resume en
un solo texto, pues una afirmación suele invocar a otra o a su opuesto, y que
cualquier aseveración o propuesta, una nueva teoría o una hipótesis novedosa,
están en realidad sustentadas en un cúmulo de aseveraciones, propuestas, teorías
e hipótesis que tuvieron vigencia en otro momento dado. Es decir, que el último
umbral del conocimiento resume el anterior, superándolo o contradiciéndolo, pero
no podría haber existido sin una instancia previa. La última afirmación de un
postulado científico suele sintetizar, y a la vez recapitular, todos los
estratos anteriores. Los elementos de la vida Los orígenes del pensamiento occidental se pueden rastrear
en la antigua Grecia aun antes de Sócrates. Y la alquimia, en tanto ciencia de
la materia, debe sus orígenes a los primeros filósofos griegos. La piedra filosofal La Edad Media representó un largo periodo histórico que
inició en el año 476 de nuestra era cuando en Constantinopla, sobre el solar de
la antigua Bizancio, se fijó como única capital del imperio romano una colonia
griega Orígenes de la alquimia medieval Se estima que la alquimia se origina en el mundo árabe
donde uno de los más importantes pensadores fue Razí (850-923), de origen persa,
que escribió un texto donde resumía el comportamiento de diversas sales y
compuestos minerales y metálicos, como el azufre y el mercurio. La base de los
textos árabes dedicados al comportamiento de la materia, aunque imbuidos de un
pensamiento místico y religioso, estaban fundados en su conocimiento de la obra
de Aristóteles. En ellos se origina el fundamento clásico alquimista de la
materia como compuesta básicamente por azufre, la sustancia que convertía a
otras en combustibles, y por mercurio, que transfería propiedades metálicas al
resto de los elementos. Es por ello que la mayoría de los procedimientos que
conforman el arte de la alquimia comparten diferentes tratamientos y
combinaciones de estos elementos. Es con estos elementos que los alquimistas medievales,
especialmente a partir del siglo XII, intentarán las conmutaciones entre los
elementos en su búsqueda infatigable de la piedra filosofal, el catalizador
mágico capaz de gobernar y conducir las múltiples transformaciones de la
materia. Esto les valdría en muchas ocasiones la persecución y la condena al ser
calificados de brujos y hechiceros, enfrentando a la cultura inquisidora de la
época. Los métodos alquimistas Los métodos clásicos desarrollados por los alquimistas se
pueden resumir en cuatro sistemas básicos para el tratamiento de la materia: las
vías Húmeda y Seca que son las principales, y luego la Mixta y la de las
Amalgamas, las cuales sintetizan los medios utilizados para llevar adelante los
procedimientos prácticos para las transformaciones químicas. De los viejos alquimistas a la química moderna Fue a fines de la Edad Media y comienzos del Renacimiento
que el mundo se sacudiría del oscurantismo en el que había estado sumergido. Los
antiguos conocimientos desarrollados durante los siglos anteriores se
incorporaron en aquellos tiempos, como base empírica de las nuevas teorías
científicas que habrían de cambiar el curso del mundo y su comprensión bajo una
nueva óptica. La alquimia ha muerto ¡Qué viva la alquimia! La alquimia fue el resultado de la antigua concepción de que la materia era una sola, y de la búsqueda incansable por lograr, mediante la voluntad, su conversión en una y otra forma. La antigua meta de transformar los metales en oro fue para la química, en cierto modo, la ruta alternativa de Colón. Con los avances de hoy sería posible transformar un metal en oro gracias a los conocimientos sobre fisión atómica, pero sería tan caro que no vale siquiera la pena intentarlo. De cualquier modo, todas las tentativas, los éxitos o los fracasos configuraron una historia que todavía no ha terminado. Desde la síntesis de los plásticos hasta las baterías de los teléfonos celulares, desde los combustibles fósiles hasta los semiconductores, todos esos inventos maravillosos que hacen posible la vida actual sobre el planeta, son la consecuencia lejana de los esfuerzos y afanes de decenas de buscadores infatigables de la piedra filosofal, la esencia de la vida, como una suerte de cazadores de lo imposible, que desafiando la cultura de la época agregaron eslabón a eslabón la infinita cadena sobre la que se asienta la química moderna. Aún hoy, el aprendizaje de la química en cualquier universidad, colegio o instituto, empieza por repetir las antiguas recetas, con palabras remozadas y nuevos métodos, pero siguiendo el camino infalible descrito alguna vez por un viejo alquimista. No podemos saber lo que ocurrirá de aquí en adelante. Sólo podemos estar seguros de algo: esa gran aventura será apasionante. |