Paracelso (Philippus Aureolus Theophrastus Bombastus von Hohenheim) (1493 - 1541)

Fue uno de los pocos que intentaron romper con el sometimiento absoluto a Galeno y a Ibn Sina (Avicena), y reintroducir la observación de la naturaleza en el sentido hipocrático. Lo demostró el 24 de Junio de 1527 cuando, rodeado de una muchedumbre, quemó los libros de estos autores delante de la universidad.

Al crecer en una región minera fue familiarizadose con las propiedades de los metales y sus compuestos, que según él eran superiores a los remedios de hierbas utilizados por los médicos ortodoxos.

Paracelso pasó la mayor parte de su vida disputando violentamente con los médicos de la época, y en el proceso fundó la ciencia de la iatroquímica o uso de las medicinas químicas, precursora de la farmacología.

Rechazó las creencias médicas de su época afirmando que las enfermedades se debían a agentes externos del cuerpo y que podían ser combatidas por medio de sustancias químicas. En este aspecto fue el primero en utilizar el mercurio para el tratamiento de la sífilis, prefigurando en definitiva el tratamiento con Salvarsan que se instalaría en 1909.

 Declaró, entre otras cosas, que la "enfermedad de los mineros" (silicosis) era el resultado de respirar vapores de metales y no un castigo a pecados personales administrado por los espíritus montañeses como se creía.

Fue el primero en describir el zinc.

En 1564 publicó una Trilogía. La primer parte de la obra consiste en las Siete Defensas, de la que la más conocida es la tercera, en la que hace una apología del uso de venenos en sus prescripciones y establece uno de los más importantes pensamientos toxicológicos de todos los tiempos. Aunque escrito en alemán, se hizo famosa la traducción latina anotada al margen:

"¿Hay algo que no sea veneno? Todas las cosas son veneno, y no hay nada que no lo sea. Solamente la dosis determina que una cosa sea o no veneno: dosis sola facit venenum".

Hoy, grabado sobre una rota pirámide de mármol blanco en el cementerio del hospital de San Sebastián de Salzburgo, puede leerse: "Aquí está sepultado Felipe Teofrasto, reputado doctor en medicina, que con arte maravillosa curó horribles heridas, la lepra, la gota, la hidropesía y otras enfermedades contagiosas del cuerpo". No se hace mención alguna a sus aportes a la toxicología.

Ehring Franz. Ilustración científica en dermatología. Edika Med De. Barcelona. 1995, p 25-26.
Enciclopedia Encarta 98. Microsoft Corporation. “Teofrasto”.
Enciclopedia Britanica 98. Paracelsus.
Repetto M. Toxicología Fundamental. Diaz Santos ed.  España. 1998. p. 5
Jaffe Bernard. Crisoles. Historia de los grandes químicos. Antonio Zamora editores. Argentina 1948. P 35
Asimov I. La búsqueda de los elementos. Plaza & Janes ed. 1983. España. P: 25, 26-31, 36-40, 59-69, 102-103.

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